La violencia estructural es aquella en la que se produce un daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o libertad) como resultado de los procesos de estratificación social. De esta manera, la violencia estructural de género tiene como uno de sus orígenes, el daño provocado por la desigualdad de género, como el control institucionalizado del cuerpo de la mujer por parte del Estado.